Socios Globales
Turf Banner 4

Transgender Guidelines FAQs

Transgender FAQs Notice

NOTA: La terminología utilizada en el análisis de cuestiones relacionadas con jugadores transgénero puede ser controvertida. En el borrador de Lineamientos se incluye un glosario con explicaciones más detalladas de los términos de uso frecuente. El glosario se proporciona para asegurar que los Lineamientos sean claros para todos los que los lean, pero se reconoce que no todos los términos son utilizados o acordados por todas las personas. Es importante señalar que ningún término se utiliza de manera de pretender juzgar o desafiar la identidad o dignidad de género de nadie. Por ejemplo, el uso de "hombre biológico" que no se usa para sugerir que las mujeres transgénero no son mujeres sino simplemente para distinguir entre personas cuyo desarrollo está influenciado por andrógenos como la testosterona, y otros términos como "mujeres biológicas" (que no tienen cambios debido a los andrógenos durante la pubertad).

Transgender FAQs

¿Por qué World Rugby está conduciendo un proceso de consultas sobre la participación de jugadores transgénero en el rugby?

¿Por qué World Rugby está conduciendo un proceso de consultas sobre la participación de jugadores transgénero en el rugby?

La evidencia en apoyo de la actual política transgénero 2019 de World Rugby ha sido reevaluada y ha surgido una investigación reciente de mayor calidad que sugiere que no es adecuada para el propósito del bienestar del jugador para los jugadores involucrados y afectados por la participación transgénero en las categorías tradicionales de rugby masculino y femenino.

¿Qué muestran las últimas investigaciones?

La evidencia de los estudios de investigación longitudinales, la mayoría de los cuales ha existido durante muchos años, ha sido superada recientemente por nuevos estudios que evalúan la función física de manera más exhaustiva y con más control. Confirman solo pequeñas reducciones en la fuerza y masa corporal magra sin pérdida de masa ósea después de doce meses de supresión de testosterona en mujeres transgénero que se someten a intervenciones médicas típicas.

¿Por qué es eso importante?

Anteriormente, la supresión de testosterona se requería bajo la premisa de que eliminaba las ventajas de tamaño, fuerza y potencia, que oscilan entre el 15% y el 190%, que se crean cuando una persona atraviesa la pubertad impulsada por andrógenos/testosterona, como ocurre en los jugadores biológicamente masculinos. La investigación muestra que este no es el caso, con reducciones en varios atributos fisiológicos de entre 0% y 8% que aparecen en numerosos estudios. La implicación es que las ventajas biológicas se conservan largamente, por lo que las mujeres cisgénero (que no se someten a la androgenización durante el desarrollo) que participan con y contra mujeres transgénero (que sí se someten a la androgenización durante el desarrollo) tienen un riesgo significativamente mayor de sufrir lesiones debido a la naturaleza de contacto del rugby. Esto crea los problemas de bienestar y rendimiento que se describen en detalle en el borrador de los Lineamientos.

¿Qué hacen otros deportes en relación con este tema?

La comunidad deportiva mundial ha estado lidiando con este problema durante algún tiempo con varias iteraciones de políticas Transgénero desde 2003. El COI está llevando a cabo actualmente un proceso de consulta y muchos otros deportes están considerando la mejor manera de encarar la cuestión. Debido a que el rugby es un deporte de contacto puede ser necesaria una política específica del deporte para tratar y satisfacer las preocupaciones y prioridades de seguridad y bienestar del jugador.

¿Cómo funciona el proceso de consultas de World Rugby?

El proceso totalmente inclusivo: determinación de hechos → escucha → emisión de un borrador de Lineamientos para comentarios → revisión de respuestas → decisión de una política → evaluación continua con revisiones formales cada tres años.

Al comienzo del proceso actual World Rugby creó un grupo de trabajo que participó en una amplia consulta e investigación que incluyó aportes de expertos independientes en todos los campos y dominios relevantes para esta cuestión. Estos incluyeron:

- Grupos de defensa de los derechos de las personas transgénero

- Grupos de defensa de las personas cisgénero

- Jugadores

- Uniones miembro involucradas en la implementación de políticas de diversidad

- Aspectos Legales: abogados de derecho deportivo y derechos humanos

- Científicos: aspectos biológicos/fisiológicos

- Médicos: especialistas en endocrinología, psiquiatría, medicina interna

- Expertos en derechos humanos y ética

Después de un período de exploración de antecedentes, indagación y evaluación de la investigación publicada que está disponible en una revista revisada por pares, se invitó a expertos de los dominios anteriores a asistir a un taller de dos días en Londres, Inglaterra, en el que se hicieron presentaciones y luego se realizó un debate entre los expertos. Para todos los dominios, se buscó la experiencia en ambos lados de la cuestión de modo que se pudiera brindar un debate sólido y completo.

Todas las presentaciones y discusiones posteriores fueron presididas por un grupo de trabajo creado por World Rugby que a su vez estaba compuesto por representantes legales, científicos, médicos, dirigentes y jugadores. Todas las presentaciones están disponibles gratuitamente online.

Luego, el Grupo de Trabajo de World Rugby consideró toda la evidencia disponible y, cuando fue necesario, encargó más investigaciones para explorar preguntas e importantes cuestiones relevantes que habían sido planteadas por los expertos independientes.

Esta investigación junto con la presentada al Grupo de Trabajo en Londres, compone la base del borrador de los Lineamientos emitidos para consulta. Todos los estudios de investigación revisados por pares en apoyo de los Lineamientos se citan en el documento completo y están disponibles a pedido.

El borrador de los Lineamientos se envió a las Uniones y Asociaciones Regionales de World Rugby, International Rugby Players (que representa a los jugadores profesionales), los asistentes que hicieron presentaciones en la reunión del Grupo de Trabajo en febrero, y World Rugby invitó a hacer presentaciones a grupos representativos apropiados.

¿Cómo siguió el tema?

El Grupo de Trabajo revisó las respuestas de los grupos mencionados e hizo una recomendación al Comité Ejecutivo (EXCO) de World Rugby. El EXCO acordó aprobar la adopción de los Lineamientos como una política para los Torneos World Rugby al tiempo que permite que las Uniones y competiciones consideren los Lineamientos pero desarrollen sus propias políticas específicas para cumplir con su marco local, legal y político.

Las políticas anteriores de World Rugby permitían la participación de mujeres trans que habían reducido sus niveles de testosterona por debajo de 10nmol/L y luego de 5nmol/L durante doce meses. ¿Por qué ya no se considera eso suficiente?

Las políticas anteriores se basaban en el resultado deseado y la premisa de que la reducción de la testosterona, que es parte del tratamiento médico típico de las mujeres trans, era suficiente para garantizar una participación equitativa y segura en la categoría de deporte femenino.

Esta es una posición que actualmente no está respaldada por ninguna evidencia publicada. Numerosos estudios publicados, que se remontan a 2004, han estudiado los cambios en diversas capacidades físicas, así como la densidad ósea, la masa y la masa muscular, antes y después de la supresión de la testosterona. Los datos muestran que una gran parte de las diferencias típicas entre los hombres biológicos (cuyo desarrollo está influenciado por andrógenos como la testosterona) y las mujeres biológicas (que no provocan cambios debido a los andrógenos durante la pubertad) persisten incluso después de que se reducen los niveles de testosterona.

Estos estudios longitudinales controlados muestran, por ejemplo, que la densidad ósea y la masa corporal magra se reducen entre 0% y 8% después de un año de reducción de testosterona. Dado que las diferencias de masa corporal magra entre las personas asignadas como hombres y las personas asignadas como mujeres están típicamente en el rango del 30% al 50%, las reducciones observadas son pequeñas y permiten que siga habiendo diferencias significativas. Similarmente, las reducciones de fuerza entre el 5% y el 8% se documentan con la reducción de testosterona, que es solo una pequeña proporción de las diferencias de fuerza iniciales del 30% al 80% que existen entre hombres biológicos y mujeres biológicas.

Como resultado, la evidencia de estudios longitudinales controlados muestra que reducir la testosterona no logra la paridad en los atributos fisiológicos estudiados que contribuyen tanto a la seguridad como al rendimiento en el rugby.

Los estudios se realizan en mujeres trans que se someten a intervenciones médicas típicas pero que no son deportistas y no están entrenando como lo haría una persona para jugar al rugby. ¿Son válidos y se pueden aplicar a una política deportiva?

Es cierto que los estudios que se describen en los Lineamientos se realizan en personas no entrenados atléticamente que reducen la testosterona. Y ciertamente es una limitación reconocida, y World Rugby se ha comprometido, como parte de los Lineamientos, a apoyar investigaciones futuras que evalúen cómo afecta el entrenamiento antes y durante el período de reducción de testosterona los cambios en variables como la masa corporal magra y la fuerza.

Sin embargo, World Rugby cree que los estudios siguen siendo sólidos, válidos y aplicables a la población en cuestión, por algunas razones. Primero, hay otros estudios de campos de investigación complementarios que han investigado cómo afecta el entrenamiento los cambios en los músculos y la fuerza cuando se reducen los niveles de testosterona. En hombres con cáncer de próstata, por ejemplo, se ha demostrado de manera concluyente que el entrenamiento durante un período de privación de andrógenos (niveles muy bajos de testosterona) puede reducir, eliminar e incluso revertir la pérdida de masa muscular y fuerza que suele ocurrir. Sin entrenamiento, estos hombres pierden aproximadamente el 4% de su masa muscular (muy similar a los estudios en mujeres transgénero) pero la introducción del entrenamiento elimina esta pérdida y, en algunos casos, permite a los hombres ganar masa muscular mientras la testosterona es baja. Incluso se ha demostrado que algunos protocolos de entrenamiento aumentan la fuerza en comparación con el período anterior a la reducción de la testosterona. Similarmente, los estudios han descubierto que si los hombres biológicos reducen sus niveles de testosterona hasta el rango femenino y realizan un entrenamiento de resistencia regular, ganan masa muscular y mantienen la fuerza al mismo nivel que antes de la reducción de testosterona.

La implicación importante es que entrenar durante un período en el que se reducen los niveles de testosterona es capaz de eliminar cualquier pérdida en la masa muscular y la fuerza que normalmente causa la baja testosterona. En consecuencia, los estudios citados en los Lineamientos en realidad proporcionan una expectativa razonable para la pérdida máxima esperada de masa muscular y fuerza cuando se reducen los niveles de testosterona. Por lo tanto, las ventajas retenidas en estas variables comparadas con las mujeres biológicas se incrementarán o serán las mismas que se han demostrado en los estudios sobre mujeres transgénero hasta la fecha.

Esa investigación ha demostrado que cuando las mujeres transgénero se someten a la supresión de testosterona, reducen la masa magra y la fuerza muscular en una pequeña cantidad, pero debido a que las diferencias originales entre hombres y mujeres son grandes, la ventaja retenida de las mujeres trans comparada con un grupo de comparación de mujeres biológicas sigue siendo grande. Si las mujeres trans entrenaran antes del período de supresión de testosterona sus valores iniciales de masa muscular y fuerza serían más altos. Si bien esto puede resultar en una mayor pérdida absoluta de masa muscular y fuerza en comparación con una mujer trans no entrenada, es fisiológicamente inverosímil que esta persona pierda tanta masa muscular y fuerza que llegue a un punto en el que sea más débil y menos musculosa que una persona que no ha estado entrenando antes de la reducción de testosterona. En el extremo, una mujer trans pre-entrenada volvería a valores sin entrenamiento y tendría la ventaja mostrada por los estudios de investigación citados en los Lineamientos. Por lo tanto, el entrenamiento antes de la intervención también solo aumentaría o dejaría la ventaja retenida como se ha descubierto en estudios sobre mujeres trans.

En conjunto, los estudios y modelos fisiológicos sugieren que la evidencia hasta la fecha establece la mayor disminución posible en la masa muscular y la fuerza si el entrenamiento se realiza durante un período de reducción de testosterona y que cualquier reducción en la masa muscular y la fuerza no puede ocurrir en una mujer trans o atlética preentrenada que es más débil y menos musculosa que las mujeres trans no entrenadas que han sido estudiadas. Esto sugiere que la ventaja retenida en mujeres trans atléticamente entrenadas será mayor de lo que sugiere la investigación hasta la fecha.

Mi amiga juega básquetbol y es extremadamente alta. Tiene una gran ventaja sobre el resto, ¿No es eso lo mismo que una mujer transgénero que tiene una ventaja de fuerza, masa o potencia en el rugby femenino?

El deporte premia a las personas excepcionales que tienen ventajas sobre sus pares y rivales. Cuando el deporte otorga títulos, medallas e incluso becas o caps internacionales, recompensa a las personas que se destacan, que son diferentes y que, por lo tanto, superan a los demás. Un atleta campeón, en cualquier deporte, poseerá una colección de atributos necesarios para convertirse en campeón. Estos incluyen factores como la altura en algunos deportes o factores fisiológicos como la bioquímica, el tipo de fibra muscular y los sistemas cardiorrespiratorios que son importantes para la velocidad, la resistencia, la potencia y la fuerza en otros deportes.

La significación del deporte existe porque se entiende que el deporte identifica y premia estos atributos. Sin embargo, es importante que los atributos que recompensa un deporte sean a) los que realmente importan para el resultado, y b) no tan grandes y decisivos que distorsionen el verdadero significado del resultado deportivo o creen riesgos de seguridad y bienestar para algunos deportistas.

Cuando comparamos a las personas a las que se les asigna ser hombre al nacer (que atraviesan la pubertad y el desarrollo influenciados por andrógenos como la testosterona) con personas similares o emparejadas a las que se les asigna ser mujer (que no experimentan un desarrollo influenciado por andrógenos), descubrimos grandes diferencias fisiológicas y de rendimiento típicas y extremas como resultado de otro atributo o factor: los efectos de la testosterona en la fisiología. Los hombres biológicos suelen ser más grandes, tienen más músculos, son más fuertes, más rápidos y más potentes con esqueletos de diferentes formas, corazones más grandes, más hemoglobina y menos grasa corporal. Todos estos factores crean diferencias fisiológicas que son tan grandes que crean ventajas de rendimiento insuperables para los mejores hombres en casi todos los deportes, junto con factores de riesgo asociados para las mujeres que compitan en contacto directo con ellos.

Es por esta razón que el deporte se divide en categorías de sexo biológico, en lugar de género. Pocos discutirían que si los deportistas a los que se les asignó ser hombre al nacer y las deportistas a las que se les asignó ser mujer al nacer compitieran directamente entre sí, el resultado estaría tan sesgado a favor de los hombres que cada campeón, y de hecho, cada atleta de elite, participante Olímpico y becario, sería un hombre, en base al hecho de que muchos miles de hombres y niños son más rápidos, más fuertes y más potentes que las mejores mujeres en casi todas las actividades y disciplinas deportivas cada año.

En consecuencia, el desarrollo fisiológico influenciado por los andrógenos es un atributo que no crea significado para un resultado deportivo. Más bien, lo socava si se hacen comparaciones directas a pesar de las diferencias que crea. Esto requiere que los hombres y las mujeres estén separados a los efectos deportivos, de modo que pueda ser coronado un campeón masculino y una campeona femenina en forma equivalente en cada evento. Por ejemplo, otorgamos dos medallas de oro para los 100 metros de velocidad o en el Seven de Rugby, una para hombres y otra para mujeres, porque esto nos permite premiar en igual medida las cualidades fisiológicas significativas y apropiadas que poseen ambos deportistas, aunque uno sea 10% a 15% más rápido y 25% a 40% más fuerte y más potente que el otro como resultado de los andrógenos.

Ese efecto andrógeno es lo suficientemente grande como para que a) sin separación, ninguna mujer, independientemente de las características fisiológicas que posea, pueda competir con miles de hombres y niños, y b) muchos hombres y niños que no poseen la combinación óptima de atributos necesarios para el éxito serían capaces de vencer a las mejores velocistas o jugadoras de rugby de Seven.

La separación de atletas en dos categorías, por lo tanto, crea significación en los resultados para ambas categorías, al eliminar el efecto significativo de los efectos de la testosterona en el resultado. Para los deportes de contacto y de combate esta separación también reduce el riesgo de seguridad, porque los resultados de los efectos de la testosterona: tamaño, velocidad, masa muscular, fuerza y potencia, son factores de riesgo importantes para las lesiones y, por lo tanto, un nivel aceptable de seguridad para quienes están “desfavorecidos” sólo puede lograrse si los efectos de esos andrógenos son eliminados del análisis de riesgos separándolos en dos categorías.

Esta es la misma razón por la que tenemos categorías de peso en deportes de combate como el boxeo. Sin esta separación, el tamaño de un boxeador se convertiría en un factor tan dominante para el resultado que los mejores boxeadores casi siempre serían los más pesados. En consecuencia, la importancia de las habilidades y la capacidad de boxear se verían muy disminuidas si no se eliminara la masa de los criterios que determinan el resultado y el deporte sería significativamente más peligroso para aquellos que están en desventaja con la masa.

En conclusión, es cierto que el deporte premia a las personas con ventajas naturales. Sin embargo, las ventajas como la altura en el básquetbol y la presencia de otros atributos fisiológicos que intervienen en el rendimiento son diferentes en concepto a la ventaja de tener testosterona, ya que esta última sesga el resultado en un grado tan grande que hace que los resultados sean menos significativos y el riesgo de lastimar a aquellos que no se benefician de ella sea más significativo. Por el contrario, las otras características fisiológicas como la altura en el básquetbol las poseen tanto los campeones masculinos como femeninos y reconocemos que el valor del deporte está en recompensar estos rasgos.

Muchas mujeres son mucho mejores en el deporte que los hombres y hay muchas superposiciones entre ambos. ¿Por qué sería un problema para las mujeres trans practicar un deporte femenino cuando muchas mujeres son más fuertes, más rápidas y más potentes que muchos hombres?

Es cierto que las mejores atletas femeninas superan a muchos atletas masculinos. De hecho, las mejores atletas femeninas (jugadores de rugby de elite, campeonas Olímpicas, etc.) son atléticamente superiores a la mayoría de los atletas masculinos. Sin embargo, para una sola variable como la fuerza de la parte superior del cuerpo, todavía hay evidencia de que las atletas femeninas de elite típicas y altamente entrenadas siguen siendo más débiles que los hombres no entrenados típicos, pero en el rendimiento deportivo, las mujeres de elite superan a la mayoría de los hombres. Sin embargo, la comparación de los mejores atletas de una categoría con los atletas mediocres o incluso atletas sub- elite en otra categoría no es relevante para la evaluación de riesgo, seguridad o rendimiento en el deporte.

Esto se debe a que la competición solo ocurre dentro de bandas estrechas de habilidades atléticas o niveles de rendimiento. Por lo tanto, la comparación válida es entre atletas masculinos de elite y atletas femeninas de elite. O entre atletas de club masculinos y femeninos, atletas semiprofesionales masculinos y femeninos, o incluso niños y niñas de secundaria/juveniles que compiten por becas. Dentro de cada uno de estos grupos, un atleta biológicamente masculino (cuya pubertad y desarrollo está influenciado por andrógenos/testosterona) es entre un 10% y un 20% más rápido, y entre un 20% y un 50% más fuerte y más potente que un atleta biológicamente femenino (cuya pubertad y desarrollo no está influenciado por andrógenos/testosterona) que está emparejado dentro de la misma 'banda' de competición. Por esta razón, las comparaciones válidas solo pueden hacerse sobre la base de lo que es típico en una población específica, o lo que se encuentra diferente en el extremo de elite o de los mejores desempeños de un subgrupo específico y relativamente estrecho, en este caso, un grupo basado en el sexo biológico.

Esta comparación revela que miles de hombres y niños superan a las mejores atletas femeninas cada año. La diferencia típica de velocidad es entre el 10% y el 15%, mientras que la fuerza y la potencia son entre un 25 y un 40% mayores en los hombres. El jugador de rugby masculino típico de elite es un 40% más pesado que la jugadora típica de elite, mientras que el 5% más pesado de los jugadores masculinos pesa un 30% más que el 5% más pesado de las jugadoras. Como se podía esperar hay algunas jugadoras que pesan más que algunos jugadores pero esto solo es cierto cuando se compara a una mujer particularmente pesada (el 10% más pesado de las mujeres) con un hombre relativamente liviano (el 10% más liviano de los hombres). En el otro extremo de las comparaciones no coincidentes, el 5% más pesado de los jugadores masculinos pesa más del doble que el 5% más liviano de las jugadoras femeninas.

Lo mismo ocurre con el rendimiento: las atletas superan a los atletas si se compara a una mujer relativamente superior con un hombre relativamente inferior (mujer de elite frente a hombre de nivel de club, por ejemplo). Sin embargo, el hecho de que haya cientos de miles de hombres y niños que son más lentos que la mejor atleta femenina es en gran medida irrelevante si se está considerando el papel de la fisiología inducida por andrógenos/testosterona en el rendimiento: los atletas masculinos de sub-elite y atléticamente inferiores no lo son en el grupo de comparación contra una atleta de elite.

Se pueden observar analogías para estos conceptos en deportes con bandas de edad y peso. El hecho de que muchos atletas juveniles sean más rápidos y más fuertes que la mayoría de los adultos no refuta que los atletas juveniles tengan desventajas de rendimiento y riesgos de seguridad en comparación con los atletas adultos. Muchos boxeadores de peso ligero pueden ser superiores a los de peso pesado, pero es indiscutiblemente cierto que la masa es un factor significativo y decisivo en el boxeo y el hecho de que exista una superposición no debe aplicarse para dar a entender que los pesos pesados pueden luchar contra los ligeros. Dentro de las categorías relevantes y directamente comparables, los atributos fisiológicos masculinos superan con creces los atributos femeninos lo que crea tanto riesgos de bienestar como diferencias de rendimiento entre ellos.

¿Se pueden hacer tests fisiológicos caso por caso para garantizar la seguridad y la equidad?

En la actualidad, no existe un método o combinación de pruebas creíble o válido que pueda evaluar las variables fisiológicas para garantizar una combinación apropiada y confiable de personas con el propósito de una competición leal o segura cuando una circunstancia requiere que un jugador esté por debajo de algún standard máximo. Si bien es posible testear algunas variables simples, como la masa, y luego crear una categoría para ella, esto no aliviaría la discrepancia entre mujeres cis y mujeres trans porque las ventajas de fuerza, potencia y velocidad existen incluso después de ajustar la masa.

Se aplican cuestiones similares a la fuerza, la potencia y la velocidad. Además, cualquier test para estas variables tendría que ser válido y confiable, con el esfuerzo apropiado asegurado ya que su objetivo es asegurar que una persona no supere algún umbral para cada una (o combinación de las mismas). La validez de los tests se vería socavada por la incapacidad de garantizar el esfuerzo cuando existe el incentivo para tener un rendimiento inferior en la prueba.

Lo más significativo es que no existe un método válido o confiable mediante el cual se pueda establecer un umbral para cada variable. Este es un desafío que se encuentra en las categorías Paralímpicas donde los tests tienen como objetivo establecer la magnitud de una desventaja (en el rendimiento, como resultado de varios tipos de discapacidades) de manera que los atletas afectados de manera similar compitan solamente entre sí. Este método está plagado de dificultades, pero es factible cuando se debe evaluar solo una variable (por ejemplo, el grado de parálisis cerebral).

La aplicación de este concepto a los cambios fisiológicos impulsados por andrógenos/testosterona requeriría un conjunto complejo de determinantes de seguridad y rendimiento que se puedan medir en tests de laboratorio o de campo, ponderados correctamente y aplicados de manera apropiada. Ese enfoque aún no es factible en la comunidad mundial y en el juego profesional y, en última instancia, es un enfoque que reemplaza teóricamente la necesidad de las categorías tradicionales de deportes masculina y femenina en detrimento de la participación de todas las mujeres en el deporte.

Además, existen numerosas consideraciones éticas con este enfoque. Primero, requiere que el deporte imponga un test a un conjunto de jugadoras (mujeres trans) que efectivamente subdividiría ese grupo en aquellas que son "demasiado fuertes" y "demasiado rápidas", y aquellas que no lo son. Esto crea un escenario en el que algunas mujeres trans serían excluidas por no ser lo suficientemente "femeninas", mientras que otras lo son, sobre la base de lo que son tests arbitrarios, como se describió anteriormente. Podría argumentarse que este es un enfoque más estigmatizante y potencialmente dañino, dirigido a las personas, que un enfoque integral según los Lineamientos.

En segundo lugar, los parámetros medidos por esos tests diferirían en todo el juego, por lo que se necesitaría un algoritmo diferente para diferentes niveles del deporte. Aparte de los desafíos operativos que esto crea, también generaría situaciones en las que los jugadores califican para un nivel (profesional, sobre la base de una gran fuerza, por ejemplo), pero no otros (club o comunidad, sobre la base de ser demasiado fuertes, por ejemplo).

En tercer lugar, este enfoque de tests sugerido crea un incentivo perverso para que algunos jugadores eviten ganar fuerza, estado físico, velocidad o potencia. Cualquier mejora puede empujar a un jugador por encima de los umbrales propuestos y llevar a la exclusión, lo que significa que su motivación sería limitar la mejora, contrariamente al espíritu del deporte. También se necesitaría regular los tests periódicos repetidos porque se sabe que variables como fuerza, velocidad y potencia pueden cambiar rápidamente en respuesta al entrenamiento y al descanso.

En cuarto lugar, dado que las cuestiones de responsabilidad son fundamentales para las recomendaciones de los Lineamientos, los tests, los umbrales y los algoritmos se evaluarían en última instancia dentro de un marco legal que interpela: ¿hasta qué grado de certeza se puede garantizar la seguridad utilizando la combinación de tests? Por las razones fisiológicas y operativas descriptas anteriormente este es actualmente muy bajo y el enfoque caso por caso puede aumentar los problemas de responsabilidad en lugar de aliviarlos.

En quinto lugar, debido a que estos métodos caso por caso se basan en umbrales establecidos para permitir la inclusión de algunos jugadores (que caen por debajo de estos umbrales o límites derivados de algoritmos), conducirá preferentemente las selecciones de peso hacia personas con cuerpo masculino porque hay más candidatos de cuerpo masculino en las bandas de fuerza más altas o percentiles que carían dentro de estos umbrales. Esto significa que los efectos de la androgenización, la base de la separación de sexos, no se tendrían en cuenta con este método.

En conclusión, si bien un enfoque caso por caso puede aliviar algunas de las preocupaciones en torno a la seguridad y el rendimiento, no lo hace de manera confiable, puede crear un daño aún mayor para personas específicas y crea una demanda operativa de tests que es inalcanzable para muchas uniones y también crea incentivos perversos para "no mejorar" después del primer test.

¿Por qué se cree que hay un riesgo para la seguridad cuando las mujeres trans juegan al rugby femenino?

Las diferencias fisiológicas creadas por andrógenos como la testosterona durante el desarrollo en jugadores que se asignan como masculinos al nacer tienen implicaciones significativas para el riesgo de lesiones en un deporte de contacto como el rugby. Sabemos que es más probable que las lesiones en el rugby ocurran durante los tackles y otras situaciones de contacto (rucks, mauls) y sabemos que estas lesiones son el resultado directo de una energía cinética excesiva y de fuerzas aplicadas al cuerpo del jugador lesionado. Estas variables se ven afectadas por la masa, la velocidad y la capacidad de los jugadores para ejercer fuerza en esas situaciones de contacto.

Dados estos hechos, las diferencias fisiológicas entre jugadores que atraviesan la pubertad y el desarrollo influenciados por andrógenos/testosterona frente a los que no lo hacen, son preocupantes para el bienestar del jugador. Se sabe que los hombres biológicos (cuya pubertad y desarrollo están influenciados por andrógenos/testosterona) son más fuertes en un 25% a 50%, son un 30% más potentes, un 40% más pesados y aproximadamente un 15% más rápidos que las mujeres biológicas (que no experimentan un desarrollo influenciado por andrógenos). Esa combinación de masa, fuerza, potencia y velocidad significa que en una disputa física directa las mujeres cis en todos estos dominios tendrán un riesgo significativamente mayor de lesionarse. Los estudios sugieren que el efecto compuesto o acumulativo de estos atributos puede ser aún mayor y hay un estudio que muestra que el poder de un puñetazo, que es una combinación de masa, fuerza y potencia, es un 160% más alto en los hombres biológicos que en las mujeres biológicas.

Además, la capacidad para soportar presión es una función de la fuerza, que es menor en mujeres cis (que no experimentan un desarrollo influenciado por andrógenos) y el modelo biomecánico sugiere que las fuerzas de cabeza y cuello y las aceleraciones de la cabeza durante los tackles simulados son significativamente mayores cuando un jugador más liviano está involucrado en un tackle contra un jugador más pesado, asumiendo que todas las demás variables no varían. Por lo tanto, la situación de contacto directo que surge entre las mujeres trans (cuya pubertad y desarrollo está influenciado por los andrógenos/testosterona) y las mujeres cis (que no experimentan un desarrollo influenciado por los andrógenos) crea una gama de riesgos considerablemente más altos que lo que normalmente se experimentaría por todo un grupo de mujeres cis (que no experimentan un desarrollo influenciado por andrógenos).

Todas las anteriores son explicaciones aceptadas de por qué el deporte crea categorías separadas para las mujeres biológicas. La pregunta clave que sigue entonces es si la reducción de los niveles de testosterona durante un período de doce meses es suficiente para eliminar estas diferencias fisiológicas o incluso para reducirlas a un nivel que pueda considerarse aceptable. La evidencia científica que existe actualmente muestra unánimemente que la disminución de testosterona reduce la masa corporal magra y las medidas de fuerza en cantidades relativamente pequeñas, cuyo resultado es una gran ventaja retenida en todas las medidas fisiológicas en comparación con un grupo de referencia de mujeres biológicas. Por lo tanto, los factores de riesgo anteriores (tamaño, fuerza, velocidad y potencia) son relevantes para la discusión sobre las mujeres trans en comparación con las mujeres biológicas, con implicaciones significativas para el riesgo y el bienestar de las jugadoras.

¿Qué importancia tiene esta cuestión en el deporte?

El tema es cada vez más relevante para el deporte, con un aumento en el número de consultas y aplicaciones, así como desafíos a la política actual. Por lo tanto, es necesario considerar la evidencia y desarrollar una política que trate las preocupaciones de todas las partes. El hecho de que una situación pueda ser rara no es, por sí solo, razón suficiente para dejar de lado la acción, porque cuando existe riesgo, el deporte está obligado a actuar de tal manera que maneje este riesgo dentro de niveles aceptables.

¿Son sólidas las investigaciones que sustentan los Lineamientos?

World Rugby cree que las investigaciones son sólidas. Abarcan muchos estudios de investigación, todos los cuales han sido publicados en revistas revisadas por pares que datan desde hace dos décadas y provienen de múltiples grupos de investigación distintos de todo el mundo. Estas investigaciones, hasta este punto, muestran de manera concluyente que:

1. Las diferencias de rendimiento provienen en gran medida como resultado de las diferencias fisiológicas entre hombres y mujeres que se crean durante la pubertad y la

2. En la edad adulta, estas diferencias de rendimiento varían en tamaño, entre el 10% y el 15% para eventos de carreras, aproximadamente del 25% al 30% para fuerza, el 40% para masa (en jugadores de rugby de elite), el 30% para potencia y rendimiento de salto explosivo y más del 100% para tareas complejas como puñetazos

3. La disminución de la testosterona elimina solo una pequeña porción de estas diferencias biológicas. La evidencia de numerosos estudios longitudinales bien controlados, todos revisados por pares, sugiere que no hay cambios en la masa o densidad ósea y solo una reducción del 5% al 10% en la masa muscular magra y la fuerza, sin cambios en el área transversal del músculo. La reversión de las ventajas de rendimiento es, por lo tanto, solo una quinta parte de la ventaja inicial, lo que deja una significativa ventaja residual, particularmente para los atributos de fuerza y

Un artículo de revisión reciente de Hilton y Lundberg resume esta investigación, aunque este artículo todavía está en revisión de los pares y actualmente está disponible en versión preliminar. Los estudios de investigación publicados en apoyo de estas conclusiones con aplicaciones a personas que entrenan antes o durante el período de reducción de testosterona, se describen en los Lineamientos y más arriba en este documento. Todos los artículos e investigaciones que sustentan las recomendaciones están todos publicados y disponibles en revistas científicas.

Es cierto que se requiere más investigación y aún puede establecerse que la magnitud de las diferencias de rendimiento después de la supresión de testosterona es diferente en personas entrenadas atléticamente en comparación con los estudiados y descriptos en la literatura actual. Sin embargo, como se describió anteriormente, no hay ninguna base para sugerir que las ventajas creadas por los andrógenos se eliminen más en los atletas entrenados que en las personas no entrenadas y tampoco hay evidencia que sugiera la ausencia de una preocupación de seguridad/bienestar para aquellos cuya biología no es desarrollada por andrógenos cuando compiten con aquellos que obtienen el beneficio de estos andrógenos. Por tanto, las mejores evidencias disponibles apoyan los Lineamientos propuestos.

Sin embargo, World Rugby en asuntos del bienestar del jugador está comprometido con la toma de decisiones basada en evidencias. Por lo tanto, se compromete a evaluar cualquier evidencia emergente conectada con elementos de los Lineamientos. Esto incluye cualquier investigación de alta calidad que se publique y que publicará una revisión formal de los Lineamientos cada tres años. World Rugby también agregará la investigación transgénero a su lista de investigaciones prioritarias, invitando a presentar solicitudes que pueden ser financiadas si son de calidad suficientemente alta.

¿Pueden los diferentes países implementar sus propios lineamientos independientemente de los Lineamientos de World Rugby?

Sí, se alienta a los países a utilizar y aplicar los Lineamientos dentro de sus jurisdicciones, con la capacidad de modificarlos o incluso no aplicarlos si optan por evaluar la gama de factores de manera diferente.

¿Por qué los hombres trans deben proporcionar confirmación de sus capacidades físicas para jugar al rugby masculino?

Las razones expuestas anteriormente para la exclusión de las mujeres trans del rugby femenino también son relevantes para el grupo de hombres trans que desean jugar al rugby masculino. Es decir, los jugadores asignados hombre al nacer (cuya pubertad y desarrollo están influenciados por los andrógenos/testosterona) tienen ventajas de velocidad, fuerza, masa y potencia que van del 10% al 190%, y esto crea significativas implicaciones en el bienestar del jugador para los jugadores más livianos, lentos y menos potentes.

Los hombres trans (que no experimentan un desarrollo influenciado por andrógenos) enfrentan riesgos de lesiones, y es prudente requerir alguna confirmación de que aceptan estos riesgos y se consideran capaces de practicar el deporte con desventajas potenciales de tamaño, fuerza, velocidad y potencia. Esto es de naturaleza similar al requerimiento de que los jugadores menores de edad estén certificados para jugar contra adultos y a la política que actualmente tiene el rugby para los jugadores que desean jugar en la primera línea.

Por tanto, la confirmación no tiene como objetivo crear barreras a la participación, sino más bien proteger a aquellos jugadores que deseen practicar este deporte. Puede ser proporcionado por un médico o un entrenador cualificado que comprenda las demandas del rugby.

¿Qué pueden hacer las mujeres trans para seguir participando en el rugby ahora que no pueden jugar con mujeres?

World Rugby está comprometido con su valor de inclusión, por lo que estos Lineamientos representan una posición muy difícil de adoptar. World Rugby es consciente de la importancia de la inclusión y valora la contribución que puede hacer hacia la inclusión de todos los grupos y las personas trans en particular. En definitiva, el equilibrio de factores, que incluyen el riesgo y el bienestar de todos los jugadores, es decisivo y World Rugby considera que su máxima prioridad fundamental es la seguridad de sus jugadores, lo que ha generado estos lineamientos.

Sin embargo, la inclusión sigue siendo una prioridad y, con este fin, World Rugby se compromete a explorar opciones que puedan permitir y facilitar la participación sin las preocupaciones resultantes destacadas y explicadas en el documento de los Lineamientos y en otros lugares. Estas incluyen facilitar roles y oportunidades educativas para que las personas trans se involucren en el deporte como entrenadores, gerentes, árbitros y dirigentes. También incluyen investigaciones sobre la viabilidad de competiciones o “categorías abiertas" que permitan el rugby con un formato o estructura que reduzca el riesgo a niveles aceptables para todos los jugadores. World Rugby esta comprometido a colaborar con los grupos y Uniones pertinentes a este respecto y buscará facilitar la inclusión en cada oportunidad, siempre que esto se pueda hacer de una manera basada en las evidencias que no viole la priorización de la seguridad del jugador por encima de cualquier otro elemento.