Estimados amigos del rugby,

En el deporte, el margen más pequeño puede marcar la diferencia entre la victoria y la derrota, el triunfo o el fracaso.

Puede que dos grados centígrados no parezcan mucho. Pero en un contexto climático global, la ciencia es inequívoca: un aumento de dos grados en la temperatura global promedio tendrá consecuencias significativas y de largo alcance para la salud de nuestras comunidades, economías y de nuestro planeta.

La familia global del rugby ya está lidiando con las enormes consecuencias del cambio climático; tenemos una responsabilidad colectiva de generación en generación como custodios del deporte de enfrentar los desafíos planteados por estos cambios ambientales sin precedentes.

Pero para actuar, primero debemos comprender.

Comprender la compleja relación entre el cambio climático y el rugby. Comprender cómo el aumento de las temperaturas afectará la salud de los actuales y futuros jugadores de rugby en todos los niveles de nuestro juego. Comprender cómo la alteración de los patrones climáticos y los eventos climáticos extremos ya están comprometiendo nuestra capacidad de disfrutar del rugby, dentro y fuera del campo, en todos los rincones del mundo. Comprender las consecuencias de las prácticas de producción y los patrones de consumo insostenibles, y cómo los cambios en el clima de nuestro planeta afectarán nuestros modelos de negocio, nuestra capacidad de adaptación y mitigación para sostener el ecosistema del rugby y, de hecho, nuestra forma de vida.

Y, lo que es más importante, comprender las tendencias expuestas por la ciencia para que podamos trabajar juntos en acciones significativas y efectivas para salvaguardar el futuro de nuestro deporte.

Este informe pretende responder algunas de las preguntas clave sobre el cambio climático y nuestro deporte, extrapolando la evidencia científica disponible y los estudios, revisados por expertos, y aplicándolos en el contexto de la participación en el rugby.

Tengo la más sincera esperanza de que los hallazgos aquí contenidos no sólo generen conciencia dentro de la familia del rugby, sino que también sirvan como catalizador para la acción colectiva en todos los niveles del juego, y que sus recomendaciones inspirarán iniciativas que fomenten prácticas sostenibles, mitigación, adaptación y resiliencia dentro del rugby.

Las opciones que enfrentamos pueden parecer, al principio, difíciles y crudas; en realidad, cuando nos enfrentamos a las alternativas, son bastante simples.

Con espíritu compartido de unidad y responsabilidad, respeto y solidaridad, unámonos para proteger la esencia de nuestro querido deporte y contribuir a un futuro más saludable y sostenible para las generaciones venideras de jugadores y entusiastas del rugby, uno que refleje nuestro compromiso tanto con el deporte que amamos como con el planeta que nos sustenta.

Sir Bill Beaumont GBE DL
Presidente