Sudáfrica, campeón en 1995, 2007 también en París, y 2019, agregó un cuarto título a su rica historia en la Rugby World Cup al derrotar a Nueva Zelanda 12-11 en una épica final jugada en el Stade de France.
Habiendo jugado por primera vez la Copa Mundial de Rugby en 1995, los Springboks han ganado la mitad de los mundiales que disputaron. El capitán Siya Kolisi, al igual que el neozelandés Richie McCaw, levantó la Webb Ellis Cup por segunda vez consecutiva.
Intensa, luchada, con muchos errores forzados y no forzados, con una tarjeta roja al capitán neozelandés Sam Cane en el minuto 27, esta final, presenciada por 80,065 espectadores en el estadio y muchos millones más por televisión, tuvo al mundo del deporte disfrutando hasta el cierre.
Fue una definición del torneo muy disputada, producto de la enorme y antigua rivalidad entre ambos equipos, que tuvo 71 kicks y 302 tackles. El Jugador Mastercard del partido, Pieter-Steph Du Toit, aportó casi el 10% de estos, con 28.
Los All Blacks jugaron 63 minutos con catorce jugadores, por una tarjeta amarilla y una roja, mientras que los Springboks lo hicieron durante dieciocho minutos por dos amarillas.
Los primeros tres puntos llegaron por medio de la eficacia Handré Pollard al tercer minuto, cuando un golpe peligroso sobre el hooker Mbongeni Mbonambi resultó en tarjeta amarilla para el ala Shannon Frizell, pero también significó el cambio por lesión del sudafricano.
El apertura de los Boks, autor de todos los puntos de su equipo, aprovechó un período de presión sobre los neozelandeses para sumar un segundo penal, antes de que los All Blacks volvieran a estar con quince jugadores.
La primera vez que Nueva Zelanda ingresó en las 22 contrarias, logró una infracción a favor, siendo Richie Mo’unga el encargado de anotar de a tres.
Dos minutos más tarde, Pollard volvió a aportar tres puntos con un envío cerca de mitad de campo, para llegar al primer cuarto del partido con los Springboks liderando 9-3.
Un tackle peligroso del capitán neozelandés Sam Cane sobre Jesse Kriel le valió la segunda tarjeta amarilla a su equipo sobre la media hora de juego. El Búnker del TMO, luego de unos minutos, dictaminó que la sanción ameritaba la tarjeta roja. Así, se convirtió en el primer jugador en diez finales en ser expulsado. Segundos después, Pollard estiró la diferencia en el score con un penal logrado tras una pesca del pilar Steven Kitshoff.
El primer tiempo terminó con los sudafricanos al frente por 12 a 6, luego de que Mo’unga pateara su segundo penal.
En el comienzo del complemento, Sudáfrica estuvo muy cerca del try, cuando Kurt-Lee Arendse perdió la pelota entrando al ingoal. A continuación, las cosas se complicaron para los Boks: Siya Kolisi fue sancionado por un golpe alto a Ardie Savea que le valió la tarjeta amarilla.
Los All Blacks reaccionaron y tomaron el control del partido. Primero fue Aaron Smith en su último partido para su país, el que voló al ingoal, pero un knock-on previo invalidó la jugada.
Cuatro minutos más tarde, Jordie Barrett lanzó un increíble pase de 25 metros hacia la izquierda, donde Mark Telea atacó y ante el tackle tuvo pase para el mayor de los Barrett, Beauden, que apoyó en la bandera izquierda dejando el 12-11 para los Boks. Fue el primer try que recibieron los Springboks en una final mundialista.
En un cierre no apto para cardíacos las acciones se sucedieron con rapidez. Cheslin Kolbe se tuvo que ir amonestado por un knock-on intencional en el minuto 72, y desde una incómoda posición, Jordie Barrett intentó un largo penal que no pudo convertir.
Pollard, en tanto, buscó el drop, sin éxito. Sin poder salir de su campo, los All Blacks tuvieron la pelota los últimos minutos, pero como en los últimos dos partidos de los ahora bicampeones, la entrega total y una ordenada defensa le dio finalmente el triunfo a Sudáfrica.
El camino al cuarto título de los Springboks tuvo seis triunfos y una derrota. Comenzaron venciendo a Escocia 18-3 y Rumania 76-0, luego cayeron frente a Irlanda por 18-3, para derrotar en el cierre del grupo a Tonga 49-18.
Los cuartos de final lo cruzaron con el anfitrión Francia, al que superó en los minutos finales por 29-28, mientras que la semifinal fue triunfo nuevamente por un punto: 16-15 ante Inglaterra. Sudáfrica es nuevamente el rey de la RWC logrando por primera vez el bicampeonato (2019 y 2023) como lo hizo Nueva Zelanda (2011 y 2015) siendo el nuevo y único tetracampeón del mundo.