Los Springboks supieron mantener la calma a pesar de ir en desventaja durante 77 minutos y derrotaron a un duro equipo inglés en la segunda semifinal jugada en el Stade de France.

La repetición de la final de Rugby World Cup 2019, con muchos de quienes habían estado en el Yokohama International Stadium hace cuatro años, tuvo todos los condimentos de un partido apasionante en que la potencia física de ambos equipos fue la clave de un encuentro que se definió por la mínima.

Handre Pollard tuvo en sus pies la posibilidad de ganar el partido a tres minutos del final con un penal desde 49 metros y no falló.

Tras un primer tiempo de mucho roce, con la potencia de ambos equipos siendo el común denominador, Inglaterra se fue al descanso liderando por 12-6 en una etapa en la que solo se rompió el marcador a través del pie de Owen Farrell para los ingleses y de Manie Libbock y luego Handré Pollard, ingresado a los 30 minutos.

Poco después de que Sudáfrica desperdiciara la primera opción de try del partido, Owen Farrell aprovechó una situación de espacio y tiempo para lanzar un drop desde 40 metros.

La pelota resbaladiza en un partido jugado durante mucho tiempo bajo la lluvia, produjo errores de manejo en ambos equipos.

Sudáfrica ya sentía la presión del reloj cuando finalmente pudo apoyar el primer try del partido. En el minuto 70, desde un lineout en ataque, el doble ataque de los ingresados Deon Fourie y RG Snyman terminó con el segunda línea apoyando entre varios defensores ingleses. Pollard aportó la conversión para dejar a los Springboks a tiro de penal en los últimos 10 minutos para repetir su lugar en una final.

Así, con poco por jugar, el experimentado apertura, le dio el triunfo a su equipo.

Inglaterra jugará la final de Bronce frente a Argentina el próximo viernes 27 de octubre en el Stade de France, mientras que Sudáfrica enfrentará a Nueva Zelanda por la Copa Webb Ellis el sábado 30 en el mismo escenario.