Francia le sienta bien. Argentina, al igual que en 2007, se metió nuevamente en el selecto grupo de equipos que buscará jugar la final de la RWC. En un encuentro cerrado y con resultado cambiante, Los Pumas lo cerraron en el final y se impusieron 29-17.

Será la tercera semifinal para Los Pumas, al igual que en la cita en tierras galas 16 años atrás y en Inglaterra en 2015.

El primer tiempo tuvo un único try, con el apertura galés Dan Bigger mostrando que además de un sólido juego de pie, sabe donde ubicarse, estando en apoyo del primer ataque galés para irse bajo los postes a los 14 minutos. Agregó su conversión y siete minutos más tarde estiró a 10 la diferencia, en un período de dominio del conjunto europeo.

Argentina jugó con más intención que en algunos de los partidos de la fase de grupos pero el control territorial y de posesión lo tuvo Gales. La recompensa llegó en los minutos finales cuando dos veces el wing Emiliano Boffelli sumó de a tres – tras errar su primer intento – para irse al descanso con los galeses ganando 10 a 6.

Al regresar, fue nuevamente Boffelli quien aportó su tercer penal desde cerca de los postes. Cuatro minutos después, desde 54 metros, puso a Los Pumas por primera vez al frente con un gigantesco penal. En este mismo Stade de Marseille, el argentino había aportado un penal contra Inglaterra desde tres metros más atrás.

Después de una secuencia de ocho fases, el ingresado medio scrum Tomos Williams aprovechó un hueco en la defensa cercana al ruck para irse debajo de los postes y recuperar el liderazgo con un try convertido por Biggar.

Argentina movió el banco y los suplentes tomaron protagonismo. Después de una serie de pick-and-goes cubriendo todo el ancho de la cancha, el pilar Joel Sclavi finalmente rompió la línea de try en el minuto 67. Boffelli aportó la conversión para poner a Los Pumas nuevamente al frente por dos puntos.

Gales atacó con intención y un tackle salvador de Matías Moroni sobre la bandera misma evitó un try de Louis Rees-Zammit con seis minutos en el reloj.

La defensa argentina luego fue clave para evitar que los galeses se pusieran en posición de penal y, vistiéndose de héroe, el ingresado Nicolas Sanchez interceptó un balón a tres minutos del final para irse debajo de los postes. Su conversión aseguró estirar la diferencia en el cierre y darle tranquilidad al equipo en el cierre.

Aún así, el kick del final correspondió a Sánchez que puso el resultado fuera de toda discusión.

Argentina espera por su rival en semifinales, que será quien gane el encuentro de hoy por la noche en el Stade de France entre Irlanda y Nueva Zelanda.