La segunda llave de los cuartos de final tendrá un escenario donde Irlanda, número uno del ránking de World Rugby y equipo que clasificó por octava vez a esta llave aunque nunca pudo superarla y llegar a una semifinal, se medirá ante Nueva Zelanda, tres veces campeón del mundo que solamente una vez en la historia de las RWC se quedó afuera de las semifinales y fue en la RWC 2007 justamente en Francia. 

La batalla por tener una pelota rápida en los puntos de encuentro será fundamental para las posibilidades de progreso de ambos equipos, con Caelan Doris y Ardie Savea como figuras clave en esa contienda particular, además de poner a sus conjuntos en ventaja con el poder de la pelota en la mano.

Medio scrums de galera y bastón

Ambos equipos cuentan con un medio scrum de primer nivel a la hora de utilizar la posesión de la pelota en forma rápida y productiva. Jamison Gibson-Park ha jugado un papel decisivo en el desarrollo de Irlanda en los últimos años; la velocidad y amplitud de sus pases añaden una nueva dimensión a su ataque.

Aaron Smith, de 34 años, ganó la Copa del Mundo en 2015 y está jugando su tercera RWC. El sábado será su test número 123 con los All Blacks y buscará ampliar su colección de 28 tries, tres de los cuales se produjeron en este torneo.

Hay muchos jugadores de jerarquía, de alto calibre, capaz de finalizar las jugadas de la mejor manera en ambos equipos con James Lowe, nacido en Nueva Zelanda, siendo un arma clave para los irlandeses tanto en ataque como en defensa, donde su pie izquierda le permite asediar el terreno rival y poner al oponente bajo presión.

Will Jordan está demostrando que puede unirse a una lista larga de wings de Nueva Zelanda devastadores merced a una estadística que habla por sí sola anotando 27 tries en un total de 28 partidos con los All Blacks que incluyen cuatro en esta RWC (la misma cantidad que su compañero Leicester Fainga'anuku).