Alta velocidad
El medio scrum de Nueva Zelanda Cam Roigard dejó una grata impresión el último viernes por la noche ante Namibia. Anotó dos tries y fue un conductor de lujo en el triunfo ante los Welwitschias por 71 a 3. El entrenador de defensa de los All Blacks, Scott McLeod, dijo al respecto: “El manejo y la precisión a la hora de jugar con tanta rapidez en momentos de alto voltaje podría atribuirse a su pasado como piloto de carrera”.
A los 10 años de edad, Roigard comenzó en la Circuito Internacional de Huntly en Waikato y en simultáneo jugaba al rugby, hasta que en el 2021 Hurricanes le ofreció un contrato transitorio para reemplazar a un jugador lesionado.
Aceptó la oferta hasta que el 2022 le hizo un contrato permanente. “Me llamó la atención la capacidad que tiene para estar todo el tiempo con la pelota y cerca de ella. Pareciera que para él se hace todo lento, no se apura y tiene tiempo para tomar las mejores decisiones y ejecutarlas de manera excelente”, agregó McLeod.
“En el primer try de McKenzie, cortó la línea de ventaja y evaluó el cuadro de situación sobre la marcha, cambió el ángulo de carrera y le sirvió la pelota al apertura que aprovechó el espacio generado por Roigard”, describió el entrenador de defensa de los 3 veces campeones de la RWC.
Para finalizar, dijo que “no sé si su velocidad para jugar se debe a su pasado en las pistas de carrera en medio del peligro que esto conlleva pero la verdad que lo noto muy cómodo en la cancha.”
El mal del segunda línea
Seguramente le debe preocupar más a su madre que al mismo Nick Frost. El próximo domingo uno de los herederos del puesto que ocupaba la leyenda y dos veces campeón del mundo de la RWC (1991 y 1999), John Eales, saldrá a la cancha para jugar ante Fiji esperando que la oreja derecha permanezca en su lugar y sin heridas.
A fines de julio en un partido ante Nueva Zelanda, al jugador de 23 años nacido en Sidney, se le rompió la típica cinta que hace las veces de vincha y desde ese entonces tuvo algunos problemas que los cuenta con absoluta naturalidad sabiendo la posición que ocupa: “En estos momentos estoy tratando de proteger la zona, pero a veces la herida se abre. Este es un deporte de contacto y cada vez que mi cabeza se apoya en un costado se vuelve a abrir.”
Tres episodios que terminaron con puntos de sutura y una internación de 24 horas en el hospital producto de una infección en la oreja derecha, son algunos de los males que ha padecido. En el último entrenamiento se lo vio con un gorro de waterpolo.
Pero como las reglas le impiden usar este tipo de prendas relacionadas en este caso con un deporte acuático, el segunda línea de Los Wallabies saltará a la cancha con un casco de rugby bien acolchonado por dentro y sus orejas bien tapadas con cinta adhesiva… y algunas oraciones al Señor para que la oreja derecha sea bendecida.
Francia debe ser uno de los polos gastronómicos más importantes y conocidos del mundo pero a pesar de ello, Fiji decidió hacer honor a su cultura y raíces con un aroma típico de su tierra que se pudo oler con gusto y orgullo en la ciudad de Bordeaux.
El Lovo es como una suerte de horno subterráneo que es utilizado para hacer una comida típica de Fiji y puede apetecer a una gran cantidad de personas. Muchas veces se hace para celebraciones y rituales.
De hecho los Flying Fijians pidieron un permiso especial para poder excavar en un parque local y crear un Lovo para cocinar, algo que ya hizo Samoa. El parque está cerca del campamento fijiano.
“Cocinamos Lovo para el equipo. Fue preparado por todo el personal que acompaña a la delegación”, dijo el asistente del entrenador, Graham Dewes.
No hay palabra para describir lo que realmente es como si fuera una receta mágica. El Lovo puede variar en su preparación ya sea con carne ó con vegetales tradicionales de la zona isleña del pacífico. Los jugadores Isoa Nasilasila y Eroni Mawi aprobaron el Lovo hecho en Bordeaux coincidiendo en que “estaba muy bueno”.
Si bien Fiji se prepara para enfrentar a Australia este domingo, nadie puede dudar que quizás pueda haber otra comida subterránea.
Como en casa
El pilar de Rumania Thomas Cretu empezó a transmitirle sus conocimientos de la cultura francesa a sus compañeros ya que creció en estas tierras.
Crețu explicó su descendencia: “Mi madre es de Guadalupe (colonia francesa) y mi padre es rumano. Él vino a Francia a los 17 años de edad y ahí conoció a mi mamá. Por eso es que crecí aquí aunque pasaba todos los veranos en Rumania con mis abuelos. No hablo mucho el idioma rumano pero lo aprendo cada día más. Mis hermanos lo hablan mejor.”
Acerca de ayudar a sus compañeros de Los Robles con la comida y la cultura en la tierra de los galos afirmó que “claro que sí, con la comida, los vinos, las raíces del lenguaje que quieren aprender de acá. Descubrimos un montón de platos nuevos para comer estando acá.”
Además el primera línea contó que su mamá estará en el estadio para verlo jugar este domingo ante Sudáfrica.
