Los años posteriores a Rugby World Cup siempre abren el apetito.
Con el final del ciclo de cuatro años a menudo viene una serie de retiros, tanto desde el punto de vista del juego como en la banca de los entrenadores.
Como resultado, las escuadras toman un nuevo aspecto y crece la especulación sobre si es probable que el dominio cambie de un país a otro.
Todo se suma a la emoción de lo que está por venir. Y 2023 no será diferente.
Pero antes de un año que promete tanto, tomemos un respiro y recordemos lo que han sido 12 meses trascendentales en el rugby femenino.
𝘼 𝙧𝙚𝙘𝙤𝙧𝙙 𝙖𝙩𝙩𝙚𝙣𝙙𝙖𝙣𝙘𝙚🙌
— England Rugby (@EnglandRugby) April 24, 2022
Another new #RedRoses home @Womens6Nations attendance record.
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Parecía que en 2022, semana a semana se rompía el récord de asistencia, comenzando en el Seis Naciones Femenino y culminando con la final de Rugby World Cup 2021, jugada un año después en Nueva Zelanda.
Por segundo año consecutivo, el Seis Naciones Femenino tuvo su propio espacio independiente en el abarrotado calendario deportivo y, junto con la llegada de TikTok como el primer socio comercial, ayudó a promover el Campeonato y a ampliar su atractivo.
Las entradas para los partidos tuvieron una demanda como nunca antes con las Home Unions (Inglaterra, Escocia, Irlanda y Gales) jugando frente a sus mayores multitudes en la historia.
Como resultado, la edición de 2022 del Seis Naciones Femenino vio aumentar sus espectadores en un 62% en comparación con 2019, la última temporada antes del COVID-19.
Gran demanda
Inglaterra, como el equipo clasificado número uno del mundo en ese momento, fue el mayor atractivo de taquilla.
Las Rosas Rojas rompieron su récord de asistencia en casa no una sino dos veces en 2022. Los 14.869 espectadores que vieron a Inglaterra vencer a Gales 58-5 en Kingsholm en Gloucester a principios de abril fue un récord que duró solo 15 días ya que casi mil espectadores más (15,836) estuvieron en Welford Road de Leicester a finales de mes para ver la victoria por 69-0 contra Irlanda.
Escocia (3.988 contra Inglaterra), Gales (4.875 contra Escocia) e Irlanda (6.133 contra Gales) también abrieron nuevos caminos en términos de apoyo local.
Francia todavía tiene la asistencia general para un partido internacional femenino fuera de una Rugby World Cup cuando Inglaterra visitó Grenoble en el Seis Naciones Femeninas de 2018 frente a 17.440 espectadores, mientras que las multitudes de Italia han ido creciendo en línea con su mejora en el campo.
La popularidad del rugby femenino como deporte para espectadores continuó en Rugby World Cup 2021; el retraso de 12 meses en la organización del torneo solo sirvió para aumentar la expectativa.
Antes de Rugby World Cup, nadie había pagado para ver el rugby femenino en Nueva Zelanda. Para el final del torneo y la emocionante victoria de Nueva Zelanda por 34 a 31 contra las favoritas Inglaterra, 150,179 fanáticos habían ingresado a los estadios.
La final en Eden Park fue vista por 42.579 fanáticos, otro nuevo récord de asistencia y también un récord para un evento femenino de cualquier deporte en Nueva Zelanda.
Brillante espectáculo
Como espectáculo, Rugby World Cup 2021 no defraudó.
Al ganar el torneo, Nueva Zelanda aportó una estrategia y un enfoque de juego que giraba en torno a la distribución del balón a ritmo, en todos los puntos del campo y por parte de todas las jugadoras.
La final, en la que Nueva Zelanda superó a Inglaterra por seis tries contra cinco sin un solo penal a postes, fue uno de los muchos juegos que se disputaron hasta el final entre equipos muy cerca el uno del otro en el Ranking Femenino de World Rugby impulsado por Capgemini.
Cuatro de los cinco partidos entre los cuatro primeros del mundo se resolvieron por un marcador, mientras que los encuentros entre los otros ocho equipos también fueron ajustados con un margen de victoria promedio de solo ocho puntos.
Fue uno de los torneos más competitivos de la historia, con un 20% de partidos resueltos por cinco puntos o menos, un gran aumento respecto al 7% de Irlanda 2017.
Además del aumento de la competitividad, los espectadores acompañaron en los estadios gracias a la calidad del rugby jugado.
Con menos patadas tácticas y formaciones fijas del rugby masculino, el tiempo de juego de la pelota promedió unos muy respetables 35 minutos y 37 segundos; los aficionados sacaron mucho provecho de su inversión en entretenimiento.
La victoria de Inglaterra por 13-7 sobre Francia en la fase de grupos tuvo pocos puntos, pero superó los 40 minutos de tiempo de pelota en juego (41 minutos y 37 segundos), casi inaudito en el rugby internacional hoy en día.
Después de una Rugby World Cup 2021 enormemente exitosa y retrasada en tantos niveles, el escenario ahora está listo para que el rugby femenino siga superando los límites durante los próximos 12 meses.
El primer Seis Naciones Femenino con jugadoras profesionales en todos los equipos está cerca y más adelante en el año llegará el lanzamiento de WXV, llevando el rugby femenino a otro nivel.
La RFU ha confirmado que se han vendido 35.000 entradas para el encuentro femenino del Seis Naciones entre Inglaterra y Francia en Twickenham, el 29 de abril, lo que significa que el récord de asistencia vuelve a estar bajo amenaza.
Dada el creciente interés, soñar con un Twickenham lleno para la final de Rugby World Cup 2025 parece una posibilidad muy real.