Las redes sociales le permitieron al ícono del Seven y entrenador de Los Pumas Sevens, Santiago Gómez Cora, identificar a Lautaro Bazán Vélez y Felipe del Mestre como quienes lo bañaron con bebida isotónica luego de que su equipo ganara el HSBC Canada Sevens recientemente.
Los culpables han sido identificados y su lugar en la selección argentina está en peligro, bromea el entrenador.
“Me dijeron que habían visto esto tantas veces por televisión”, ríe Gómez Cora, tras una ansiada victoria en un circuito en el que ha estado involucrado como jugador y ahora entrenador durante más de dos décadas.
“Con la adrenalina no sentí el frío pero estuve mojado durante unas tres horas antes de poder ducharme. Sabía que me enfermaría”.
Esa enfermedad vino en forma de angina.
“Me dolía mucho cada vez que tragaba, me dolía el cuerpo y tenía fiebre alta”, explica sobre su comprensible falta de disponibilidad para hablar con World Rugby la semana pasada.
“Si eso es lo que se necesita para ganar un torneo, ¡estoy feliz de seguir mojándome!” sonríe.
Santi Gómez Cora, quien jugó por primera vez en el HSBC Sevens Series en 2001, estuvo en el equipo que ganó en Los Ángeles en 2004 y fue capitán del equipo que ganó en San Diego en 2009.
“Esos momentos son como tus hijos: ¿cómo elegir a quién querés más?” responde cuando se le pregunta por su momento favorito.
“La primera vez fue la primera; en 2009 yo era capitán y esta vez tenía otras responsabilidades”.
De jugador a entrenador
Un par de años después de retirarse como el máximo anotador de try de la Serie, con 230 tries, volvió a estar en la mezcla, primero como aprendiz de entrenador de las mujeres argentinas y luego, desde 2013, liderando un programa de sietes que ha crecido constantemente desde entonces.
El seven no es, como supo ser, un rito de iniciación en el camino hacia Los Pumas de 15; si bien el programa de sevens sigue produciendo jugadores de calidad y el núcleo del equipo se mantiene unido mucho más tiempo que en épocas anteriores, como cuando Gómez Cora formó parte del equipo con su hermano mayor Pablo y otros que llegaron a ser internacionales absolutos.
“Las cosas no pasan por casualidad”, añade Santi, como todo el mundo le conoce.
“Hace unos tres años cambiamos bastante las estructuras. Hay que tener paciencia, confiar mucho y hacer el trabajo duro.
“Muchos están contentos con el hecho de que la Unión Argentina de Rugby fue paciente con nuestro programa”.
El trabajo duro dando sus frutos
Ganar en Vancouver, y la forma en que lo hizo su equipo, es prueba de ello.
“Es como un examen para el que no estás preparado, pero que aún podrías aprobar si tienes suerte. Estás feliz de haber pasado, pero no te enorgullezcas.
“Esta vez sabíamos que hicimos todo lo posible para aprobar el examen, trabajamos en él de principio a fin, crecimos de torneo en torneo y fuimos constantes."
“Todos los días salimos a ganar y nos preparamos para eso, pero no es fácil y es bueno cuando llegas al final de ese proceso”, confirma el orgullo que le da haber pasado el examen gracias a todo el trabajo previo.
Cuando el Seven hizo su entrada en los Juegos Olímpicos de Río, Argentina perdió contra Gran Bretaña en cuartos de final, con Gastón Revol fallando un penal de esos que podría, y ha podido, convertir con los ojos cerrados.
“Hasta entonces se trataba de ganar”, explica Gómez Cora. “En Río quedé frustrado por la pérdida, estaba muy triste, pero enseguida tuvimos que salir a jugar de nuevo. Todas esas son lecciones”.
Allá por 2016, el equipo había llegado al punto de necesitar una renovación. Revol, ya con más de 30 años, tuvo que luchar mucho para mantener su lugar.
“Gastón sigue en el equipo por lo que aporta en el campo, ya que es uno de los jugadores más efectivos del circuito a la hora de usar el pie”, dice Gómez Cora.
“Fuera del campo sabe llevar el legado del equipo, comparte la cultura del equipo. Es el alma y el espíritu del equipo."
“Un equipo necesita todo: sensatez, fortaleza mental, líderes carismáticos, espacio para disfrutar y compromiso”.
Agrega: “El equipo se basa en estos elementos: sensatez, fortaleza mental, resiliencia. La fuerza mental nos ha permitido recuperarnos en varios partidos en los que estábamos perdiendo; confiamos en nosotros mismos.”
Como gran ejemplo de esto, con Revol expulsado y el equipo reducido a cinco jugadores, Los Pumas Sevens aún lograron derrotar a los Blitzboks en cuartos de final Tokio el año pasado y finalmente asegurar la plata en los Juegos Olímpicos.
Lo necesario
“Necesitamos personas con pasión, ética de trabajo y convicción. Con estos tres factores podrás ganar, sin ellos no podrás”.
Argentina amplió su plan de juego. Hace un año, marcaban un try cada nueve fases; estaba primera en el ranking de posesión en el circuito, pero novena en ensayos anotados.
Ahora, el equipo tiene una porcentaje mucho mejor, un promedio de dos rucks por try. El equipo ahora sabe cómo, dónde y cuándo romper.
“Los rivales son muy buenos y no siempre salen las cosas como querés”, dice Gómez Cora. “Contra Australia, en semifinales, no podíamos encontrar la forma de quebrarlos; nos habían ganado en España y Singapur, así que en Vancouver tuvimos que trabajar duro."
“Los muchachos tienen una variedad de herramientas de ataque y defensa que ahora les resultan naturales en el fragor de la batalla, cuando las pulsaciones están muy altos”.
Gómez Cora compara al seven con el ajedrez, ya que los jugadores tienen muchas opciones que deben analizar y manejar. Tienen que convertir la defensa en ataque y todos deben poseer la capacidad de realizar diferentes acciones.
Como ejemplo, habla sobre Marcos Moneta, el último Jugador del Año de Seven de World Rugby 2021 en asociación con HSBC. “En su primer try en la semifinal, primero defendió, recuperó la posesión, abrió rápidamente la pelota y terminó apoyando".
“La individualidad es bienvenida, pero no creemos en héroes salvadores porque no ayudan a construir un equipo con el tiempo. Sin embargo, te ayudan a avanzar en mejores condiciones o te dan un empujón en el juego, como un try que llega más rápido de lo esperado. Somos conscientes de esto”.
Analizar a Moneta permite ver que aporta mucho más que un instinto insuperable para llegar al try.
Con Leo Gravano como su colaborar en los últimos nueve años, la victoria en Vancouver es, dice Gómez Cora, gracias a un ejército de personas que ayudan de muchas maneras diferentes.
“Es mucho más que una persona”, dice, reconociendo que Gravano ha brindado un excelente apoyo como asistente a lo largo de los años.
Tan célebre como fue la medalla olímpica de bronce, ganar en el circuito tiene un significado diferente. “Los Juegos Olímpicos son especiales, pero el circuito es donde crecí, donde jugué, donde entreno”.
El recuerdo que quedará por más tiempo en Gómez Cora es cuando el equipo llegó de regreso a Buenos Aires. Los familiares estaban allí para recoger a sus seres queridos. Cuando el equipo atravesó las puertas de salida, los jugadores que no viajaron estaban allí para sorprenderlos.
Su hijo Milo también, que faltó a la escuela para ir en busca de su padre. "Fue increíble. No podía dejar de llorar”.
Una medida del hombre que es Gómez Cora, se dio también en el aeropuerto cuando al lesionado capitán Santiago Álvarez Fourcade le cedió su medalla de Vancouver.
Gestos como este lo convierten en una de las muchas estrellas de un HSBC World Rugby Sevens Series que continúa capturando la imaginación de muchos.
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