Cerca de las 12:55 del sábado 6 de abril de 1991, Debbie Chase, en el centro del Glamorgan Wanderers’ Memorial Ground, se preparó para entrar en la historia.
Antes del primer partido de la Rugby World Cup inaugural en las afueras de Cardiff, hubo otro momento inolvidable.
Detrás de la centro neozelandesa, sus compañeras estaban detrás listas para hacer el primer Haka femenina, ante Canadá.
“Fue muy bueno," recuerda Natasha Wong, que ese día jugó de centro con Chase.
“También esa primera vez escuchando el himno nacional; lo pienso ahora y me sigue emocionando."
“Creo que fue porque había costado llegar ahí, pensar 'Dios mío! lo logramos, estamos acá, lo estamos haciendo, que bueno está esto!"
"No siento mis manos"
Las neozelandesas tuvieron dos tries de Chase y tres de Helen Mahon para que las Women’s All Blacks, como se las conocía en el torneo, ganaran 24-8.
Las imágenes de aquel partido muestran un fuerte viento que no complicó demasiado a neozelandesas y canadienses.
El partido de Estados Unidos contra Holanda 90 minutos más tarde en el Pontypool Park, se jugó bajo una tormenta de lluvia; tan desorientada estaba la tercera línea americana Cathy Seabaugh que terminó formando un scrum con el equipo rival.
En St Helen’s en Swansea, el gélido viento que llegaba del cercano mar era tan frío que la apertura inglesa Karen Almond le pidió a la medioscrum Emma Mitchell que no le pasara más el balón.
“Me hacia señas," dijo Mitchell. “Por lo general, le pasaba el balón donde ella quería y cuando se la pasaba, le pegaba en las manos y se caía."
“Se acercó y me dijo: 'no siento mis manos.'"
A pesar de las condiciones, Almond y Mitchell pudieron conducir a Inglaterra al triunfo ante España en Swansea, mientras que Holanda derrotó a Holanda y Francia a Japón en el cuarto partido del torneo.
Inglaterra, Francia, Nueva Zelanda y Estados Unidos avanzaron para clasificar a semifinales en el Cardiff Arms Park el siguiente viernes.
Estados Unidos derrotó a Nueva Zelanda 7-0 y luego Inglaterra superó a Francia 13 a 0 para armar una apasionante final para la primer Rugby World Cup femenina en la cancha del Cardiff RFC dos días después.
En la final, Gill Burns convirtió un try penal, pero Estados Unidos demostró ser superior, apoyando tres tries (dos de Claire Godwin y Patty Connell) para la victoria por 19-6.
“Enorme orgullo," dijo la capitana Barb Bond, que había apoyado el try del triunfo en la semifinal, pero no ingresó en la final.
“En líneas generales, se sentía que empezaba el camino; que no sería el único Mundial, tan solo el primero."
Mucho trabajo
Muchas de las involucradas comparten esa sensación, reconociendo la dedicación y el mucho trabajo hecho por el comité organizador de cuatro mujeres.
Deborah Griffin lideró ese comité y sumó a tres compañeras del Richmond WRFC para ayudarla: Alice Cooper, Sue Dorrington y Mary Forsyth.
Las cuatro mujeres enfrentaron muchos desafíos para organizar la primera Rugby World Cup femenina, trabajando incansablemente para armar la infraestructura del torneo de cero, a la vez que tenían sus propios empleos; para Griffin y Forsyth, además se convirtieron en madres primerizas.
No hubo descanso durante la semana de duración de torneo; Griffin debió hablar con unos enojados representantes de las oficinas de Aduana después de que jugadoras rusas buscaron vender souvenirs en las calles de Cardiff para juntar fondos.
Dorrington, además, jugó como hooker en los cuatro partidos de Inglaterra.
“Trabajábamos sin parar," recuerda Griffin. "No había computadoras así que Alice producía los programas del día siguiente a la noche."
“No había descanso, realmente. Las cosas no salían bien por lo estábamos siempre de guardia durante el torneo. Fueron ocho días sin dormir."
Griffin admite que su principal sensación el día después de la final fue de alivio de haber podido hacer el torneo, que haya sido un éxito."
“El alivio de lograrlo, alivio total. Creo que me agoté."
Legado
El impacto y legado de aquel torneo se puede ver en que muchas mujeres que participaron en ese primer Mundial femenino que hoy ocupan lugares de influencia en el rugby.
Griffin, nuevamente, estuvo en el Comité Organizador cuando Inglaterra fue sede de Rugby World Cup 2010, y desde entonces se siente en el Consejo de la Rugby Football Union, y fue la primera mujer en se elegida para el Consejo de World Rugby.
A partir de su trabajo con la RFU, tuvo un rol de influencia en la llegada de contratos profesionales para el equipo nacional inglés y las bases para la Premier 15s.
Trabaja en la RFU con la Directora de Rendimiento Femenino Nicky Ponsford, suplente de Dorrington en aquel equipo inglés de 1991, mientras que la miembro del World Rugby Hall of Fame Carol Isherwood ayudó a World Rugby en su revisión de la mujer en el coaching en el alto rendimiento.
Liza Burgess, Burns, Giselle Mather, Emma Mitchell, Candi Orsini, Anna Richards y Wong son tan solo un grupo de jugadoras de aquel primer torneo femenino que pasaron a tener roles de liderazgo e influencia como entrenadoras, en las salas de consejo, o ambos.
“Todas nos frustramos queriendo estar 10 pasos más allá de donde estamos," dice Ponsford.
“Pero, si tenemos la capacidad de mirar para atrás, diremos: ‘miracle todo lo que hicimos!’. Eso es realmente importante.
“No deberíamos olvidar el trabajo que todas hicieron para llegar al momento en que estamos."