El gobierno de Bélgica no permitió a su equipo nacional dejar el país para cumplir el compromiso del domingo con Rumania en el estadio Ion Oblemenco en Craiova, por lo que su futuro y el de Rumania en el Rugby Europe Championship todavía está sin definir.
Esta nueva demora en un torneo ya de por si demorado que debería haber finalizado en marzo del año pasado, es obviamente por la pandemia del COVID-19. El partido se había pospuesto para noviembre y ahora este fin de semana. Ahora, Rugby Europe enfrenta la decisión de como proceder.
El equipo rumano no juega junto hace casi un año, aunque el torneo doméstico, la Super Liga, se jugó y a finales de noviembre coronó a Baia Mare como campeón.
Los Robles tuvieron dos concentraciones, una en Turquía en diciembre y la otra en la previa a Bélgica, partido del cual el perdedor jugará con el ganador del Rugby Europe Trophy, Holanda, por un lugar en el Championship.
Stevie Scott, ex asistente del entrenador en Escocia y ahora parte del staff técnico de Rumania, participó de ambos encuentros.
“Cuando me contactó Rumania, sentían que había mucho por mejorar en las formaciones fijas. Tienen tamaño, pero hay que trabajar el aspecto técnico y eso es lo que me gusta hacer," dijo el nacido en los Borders escoceses, que jugó once veces para su país.
“Lo que mas me llama la atención es que los jugadores están con ganas y quieren aprender y mejorar; es lo que uno siempre quiere como coach."
Reencuentro de amigos
Scott trabajará con su ex jefe en Escocia, el actual coach rumano Andy Robinson.
“Disfruté trabajar con Andy en Escocia hace algunos años y me gusta volver a encontrarme y compartir nuestras ideas."
“Los dos somos detallistas y tenemos conversaciones profundas sobre el juego de forwards. Él es un gran coach de forwards y abierto a otras ideas. Lo fundamental es hacer mejores jugadores y ganar."
Rumania no ha ganado mucho últimamente. Una victoria 24 a 7 fue el único festejo en las primeras cuatro rondas del Rugby Europe Championship 2020, dejándolos con la incertidumbre de si podrán quedarse en este nivel.
Desde 2000, Rumania ganó el Rugby Europe Championship cuatro veces y tan solo finalizó fuera del top tres en 2009. El último título fue en 2017 y para entonces, Rumania había jugado en todas las ediciones de Rugby World Cup.
No clasificar a RWC 2019 más el impacto del COVID-19 han forzado un par de años duros para el equipo que alguna vez fue el sexto en Europa, por delante de Italia.
La posibilidad de descender al tercer nivel europeo es algo que no han experimentado y haría imposible, matemáticamente, la clasificación a Rugby World Cup 2023.
Alin Petrache, el ex capitán y actual presidente de la Federación Rumania, confía en que el mejorado staff de entrenadores y jugadores jóvenes y con ganas que surgen del sistema, generarán mejores tiempos.
“El objetivo principal es clasificar a Francia 2023, y para eso necesitamos mejorar el nivel del juego," dijo Petrache.
“Stevie trabajo con Los Robles en Antalya y el feedback fue excelente. Como ex primera línea, conoce bien la presión del puesto."
"Confío plenamente en que el staff con Andy Robinson, Stevie Scott y Sosene Anesi puede hacer que el rugby de Rumania vuelva a brillar."
Superar la adversidad
A pesar de la pandemia, Petrache siguió empujando el ambicioso plan del rugby rumano de remodelar el estadio Arcul de Triumf.
La modernización del hogar del rugby rumano se completó en diciembre, pero el proyecto necesita las autorizaciones relevantes para poder jugar partidos allí.
Scott dijo que al visitar el lugar supo que Rumania y Petrache estaban embarcados en el cambio.
"Construyeron un estadio de unas £20 millones de libras para el equipo, con piscina, hotel, restaurante - todo en una misma area. Al ver el estadio, entendí que el foco estaba en volver a poner el rugby donde alguna vez estuvo.
Vale recordar que Rumania derrotó a Francia en cada década entre los 60s y los 90s, también ganándole a Escocia y Gales.
La revolución rumana y el derrocamiento del regimen de Ceausescu también generó una caída en el rugby, al perder los fondos que otorgaba el estado para el rugby y además le costó la vida a seis jugadores del equipo nacional.
El momento más bajo llegó en noviembre de 2001 cuando Rumania cayó 134-0 ante Inglaterra.
Petrache, que jugaría un total de 31 tests para su país, jugó ese día gris en Twickenham como octavo.
Si bien la derrota dolió, la determinación de Petrache de lograr que el rugby rumano vuelva a ser una fuerza nunca cesó, como jugador, presidente o miembro del Consejo de World Rugby.
"Cada derrota es una lección, y creo que se puede encontrar motivación para el futuro con experiencias como esta. Después de todo, hemos tenido también triunfo en el ínterin."
“Me comprometí con el rugby rumano porque amo el y soy muy apasionado por el rugby," concluyó.
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