Costa de Marfil, actualmente en el puesto 42 del ranking de World Rugby tiene una única participación en Rugby World Cup en 1995. Es uno de los muchos países que quiere despegar y subirse al gran escenario internacional.

Hace un año que la Unión de Costa de Marfil decidió tomar el destino en sus manos. El presidente Elvis Tano reorganizó la unión y puso dos objetivos: ser parte del proceso clasificatorio a Rugby World Cup 2023 en Francia y lo mismo en el sevens para los Juegos Olímpicos, apuntando a París en 2024.

El método adoptado es claro: adoptar y adaptar recetas exitosas en otros países del mundo.

SIGUIENDO EL ENFOQUE KENIATA

El primer ejemplo a seguir es Kenia, cuya unión se enfocó en el sevens y su clasificación a los Juegos.

“El rugby requiere mucha habilidad técnica y un ámbito específico, lo que es un problema en Costa de Marfil. Aquí preferimos hablar del rugby como uno, no de quince o sevens. Pero si logramos un equipo competitivo de sevens, tendremos más posibilidades de tener un equipo de quince," dice Olivier Diomandé, el gerente general de los seleccionados nacionales.

Considerando que el formato de sevens puede tomar arraigo más rápidamente en el país, Diomandé espera seguir el ejemplo de Kenia, equipo que clasificó a Río 2016 y que se ubica entre los puestos 8 y 12 del HSBC World Rugby Sevens Series.

"Tenemos un país grande y así de grande es el desafío," continúa. "Por eso lo dividimos en cuatro partes, cuatro conferencias, siguiendo el modelo americano."

Hay conferencias Noreste, Noroeste, Sudeste y Sudoeste en Costa de Marfil, con el objetivo de promocionar e implementar mejor el desarrollo local del rugby.

ENFOQUE JAPONÉS Y ESPÍRITU FIJIANO

Para elegir a sus jugadores, internacionales, se sigue el enfoque japonés, buscando darle lo mejor a los jugadores dentro y fuera del campo de juego, como jugadores y en terminus laborales.

"Estamos trabajando en torneos de sevens para varones y mujeres, adultos y M20, relacionados con empresas, para que cada una pueda encargarse de un club," explica el ex hooker internacional. "La idea es educar a los jugadores para que puedan trabajar en estas compañías."

"Debemos ofrecerle a los jóvenes un futuro profesional a largo plazo."

El cuarto ejemplo inspirador viene de Fiji, con quienes comparten la amistad y diversión del rugby.

A pesar de su tamaño y población, Fiji ha llegado a la cima del rugby habiendo ganado el oro olímpico en 2016 y se lo reconoce por su entretenido estilo de rugby. Además, jugó en todas las RWC, excepto 1995, cuando participó Costa de Marfil.

BASES FRANCESAS

Pasaron 25 años desde aquel Mundial. Una eternidad que la Unión quiere dar por terminada.

Al asumir, Elvis Tano buscó lanzar proyectos de importancia, el más emblemático el de una futura academia de rugby. "Ahi comenzará todo," confirma Diomandé. "Será nuestro Marcoussis," dice en relación al centro de alto rendimiento del rugby francés.

La versión marfileña tendrá dos campos de juego, un salón de preparación física, oficinas, aulas y una estructura hotelera. El proyecto se desarrolló gracias a la participación del embajador francés en Costa de Marfil.

Abierto para jugadores desde los 13 años, permitirá a unos 20 chicos y chicas - en un principio - concluir su preparación rugbística en un club profesional en Europa, con el objetivo de que ellos representen al seleccionado marfileño.

"Para que un jugador sea eficiente, debe entrenarse," dice Diomandé, que espera comenzar con el proyecto en la primera mitad del 2021.

La Academia llevará el nombre de Max Brito, quien se lesionó gravemente y quedó paralizado en un partido de Rugby World Cup 1995. “Max será el gerente del centro. No lo hacemos en reconocimiento a lo que le pasó si no porque tiene una excelente visión para el rugby, una nueva mirada," cierra Diomandé, sobre la que espera será una academia que rápidamente "genere talento."

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