Aquella primer final olímpica fue un premio no solo para las jugadoras de Australia y Nueva Zelanda pero también para la referí española Alhambra, que había frenado una carrera como ingeniera para dedicarse al referato. En Río, fue Mark Egan, el Director de Competencia y Rendimiento de World Rugby, que hizo el anuncio.
"Fue muy especial ese momento, sobre todo por el apoyo del equipo y como me felicitaron," le dijo Nievas a World Rugby. Ese mismo día había controlado el encuentro entre Brasil y Japón por el noveno puesto, ese mismo 8 de agosto de 2016.
“Fue fantástico. no me sentí nerviosa, aunque sentí la emoción por media hora, una hora. Luego, busqué un lugar donde concentrarme y estar tranquila antes de la final."
“En definitiva, mi objetivo fue salir a referear un partido más sin la presión de que sea una final olímpica."
“Mi enfoque mental fue como si fuera un partido más, refereando lo que tenía delante mío.”
Pre-calentamiento
Después de la entrada en calor para la final, las australianas volvieron a su vestidor, que estaba a oscuras.
“Pensamos que había un apagón," recordó Alicia Lucas en un reciente episodio de Between the Lines.
“Había sido nuestro entrenador Tim Walsh quien apagó las luces y tenía la vela del equipo encendida en el centro del vestidor."
“Hacía más de un año que teníamos una vela encendida en cada reunión, como símbolo de la llama olímpica, buscando crear el fuego y olor de Río."
Al encenderse las luces, el equipo volvió a escuchar 'Hold Back The River' de James Bay y luego sí salieron al campo de juego en el estadio de Deodoro.
Ambos equipos se fotografiaron juntos, con Nievas y sus asistentes Rasta Rasivhenge y James Bolabiu como jueces de touch y Sakurako Kawasaki y Alexandra Pratt en los ingoles.
Con la final comenzando a las 7 de la tarde de Río - cinco horas detrás de España - Nievas además comenzaba a celebrar su cumpleaños número 33 cuando Tyla Nathan-Wong dio comienzo al encuentro.
“Fue un buen regalo!” admite. “Una siente orgullo por lo hecho en el pasado, no sólo el torneo, en todos los años antes de los Juegos preparándome para ser lo mejor posible para tomar las mejores decisión en un partido."
Por el oro
Los primeros cinco minutos, Nueva Zelanda ocupó el campo de juego australiano, llegando al try a través de Kayla McAlister.
“No empezamos bien y Nueva Zelanda nos tuvo bajo presión," recuerda Lucas.
Cuando finalmente pudieron encontrarse con el balón, "pudimos comenzar a mostrar todo lo que habíamos hecho en cuatro años."
Emma Tonegato marcó para Australia tras una carrera que generó dudas.
“Como equipo de tres, tomamos la decisión,” explica Nievas. “No había TMO y tuvimos que decidir, sin lamentarse porque, en definitiva, estamos ahí para tomar esas decisiones importante."
El equilibrio del partido varió hacia Australia cerca del fin de la primera etapa cuando Portia Woodman hizo knock-on intencional en un pase de Lucas y recibió la inevitable tarjeta amarilla.
“Antes de sacarle la tarjeta, ya estaba corriendo al sin bin porque sabía lo que había hecho," dice Nieves. "A este nivel, las jugadoras saben cuando han merecido una sanción."
Evania Pelite apoyó el segundo try australiano antes del descanso y el tercero, de Ellia Green, llegó antes del regreso de Woodman.
‘Una de las mejores sensaciones’
A seis minutos del cierre, Australia ganaba 17 a 5. De la siguiente salida, Woodman perdió el balón y con presión, Australia volvió al try a través de Charlotte Caslick después de un penal rápido a cinco metros.
Las Black Ferns lograron quebrar la defensa rival dos veces, a través de McAlister nuevamente y Woodman. No alcanzó y Woodman cayó al piso con el dolor de la derrota al apoyar con el tiempo cumplido.
"Haber hecho el knock-on, le costé dos tries en contra al equipo, y me afectó," dijo a los periodistas después de la final. "No haberle cumplido al equipo fue lo que más me dolió."
En contraste, la sensación de Lucas y sus compañeras fue de júbilo. "Una de las mejores sensaciones de mi vida," dijo.
“Antes de viajar, le decía a todo el mundo que iba a los Juegos a ganar la medalla de oro. Me sentí feliz de haberlo logrado porque si no hubiera sido una gran mentirosa!"
"Estaba aliviada por eso y feliz por haber logrado lo que habíamos ido a conseguir."
Nievas y su equipo también se permitieron disfrutar el momento. "Éramos conscientes de que nuestro rol es servir al rugby y no queríamos estar en el foco," dijo.
“Pero necesitábamos disfrutar el momento para el que habíamos trabajado tanto y, sí, celebramos. Era un día muy especial."
“Me dieron una pelota de la final con sus firmas; hubo discursos muy lindos después del partido. Si, celebramos juntos no solo porque era la final, porque era el final de un camino, algo para lo que mucha gente había trabajado."